Un hombre que acababa de llegar al cielo no aguantaba
las ganas de decirle a un Angel lo feliz que se sentía por estar en
ese glorioso lugar. Le pidió al Angel que le permitiera dar un vistazo al
Hades para poder apreciar aun más su buena suerte y el Angel se lo
permitió.
En el Hades vio que había una larga mesa que iba más
allá de su vista. Estaba cubierta de los más deliciosos y variados
alimentos que el hombre viera jamás. Sin embargo, todo el que estaba
sentado alrededor de la mesa se moría de hambre.
-¿ Por qué no comen? -le preguntó el hombre al Angel.
-Porque a todos se les exige que tomen el alimento
con tenedores de un metro de largo. Son tan largos que nadie logra
llevarse el alimento a la boca y por lo tanto se mueren poco a poco de
hambre.
Cuando el hombre regresó al cielo, ¡vio una mesa que
parecía idéntica! Esta, también, estaba llena de deliciosos alimentos de
todo tipo. Sin embargo, la gente alrededor de esta mesa estaba bien
alimentada.
-¡Aquí en el cielo deben tener tenedores mucho más cortos! -le dijo el hombre al Angel.
-No, solo tenedores de un metro de largo - le respondió el Angel.
-Entonces, ¿por qué los que están en el Hades se
mueren de hambre y estos en el cielo parecen estar felices y bien
alimentados? -preguntó el hombre confundido.
-En el cielo, la gente se da de comer el uno al otro -respondió el Angel.
Amor es dar más y nunca contar los tantos.
1Corintios 13:5
(El amor) no se comporta con rudeza, no es egoísta.
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