El Llanero Solitario no tenía nombre. Y no era tan
solitario. No venció a los chicos malos o escapó del peligro solo. Tenía
la ayuda de su leal amigo, Tonto, sin mencionar a su confiable caballo,
Silver.
Los seres humanos no están hechos para conquistar la
vida de forma individual. Así sea que esté descubriendo un nuevo
programa de computadora, moviendo un pesado mueble de la oficina, o
lidiando con un problema de trabajo, algunas situaciones requieren pedir
ayuda.
Quizá sea una de esas personas que tienen problemas
para pedir ayuda. Si es así, recuerde que su necesidad es normal, sea de
origen físico, emocional, financiero o técnico. Puede tomarle tiempo
encontrar al consejero correcto, al amigo, al compañero, o miembro de la
familia, pero enviar un S.O.S. cuando lo necesita es signo de madurez,
no de debilidad.
Encontrar un soporte o guía puede hacerle cambiar
grandes cosas en su trabajo, la forma de pensar sobre su trabajo, y
quizás lo más importante, la manera de vivir fuera del trabajo.
No tenga miedo de buscar ayuda cuando la necesite. Y
recuerde que la persona en la que usted busca ayuda hoy, podría ser la
que necesite su experiencia, guía, o soporte moral en algún momento de
la vida.
Eclesiastés 4:9-10
Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de trabajo.
Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero;
pero ¡ay del solo! Que cuando cayere,
no habrá segundo que lo levante.
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