Un viernes por la mañana, un entusiasta joven
estudiante de la universidad de Stanford se paró frente a Louis Janin.
Buscaba que Janin le diera un trabajo de medio tiempo. Este le informó:
-En este momento necesito un mecanógrafo.
-Muy bien -respondió el joven entusiasmado-. Acepto el empleo. Estaré disponible el martes.
Janin asintió y, llegado el martes, el joven se presentó a trabajar de acuerdo con lo convenido.
-¿Por qué no podías comenzar antes del martes? -quiso saber Janin.
-Porque necesita alquilar una máquina de escribir y aprender a usarla -respondió el joven.
Este muchacho tan dispuesto no era otro que Herbert
Hoover, cuya actitud siempre expedita y positiva lo llevó a la misma
Casa Blanca.
No hay destreza que se aprenda que sea inútil o poco
aprovechada. Al menos, el aprendizaje de nueva información y nuevas
habilidades le brinda a uno la seguridad y agiliza la mente. Uno de los
secretos de los grandes líderes es la capacitación continua.
¡Jamás deje de aprender! Eso es lo que le dará una ventaja por encima de sus competidores.
El sabio oirá y crecerá en conocimiento, y el inteligente adquirirá habilidad. Proverbios 1:5
|