En 1997, varias escenas de violencia policial en Sao Paulo, fueron difundidas en la televisión brasileña creando furor público.

El Capitán Alexander Terra, de la Policía Militar explica que la sociedad manifestaba que la fuerza policial necesitaba cambiar, que no podía seguir así.

La policía en esta ciudad de más de 22 millones de habitantes se había descontrolado y los problemas de crimen, corrupción y pobreza seguían en aumento.

"Me acuerdo que el Mayor Terra y yo a menudo salíamos del trabajo, y ya que trabajamos en el centro, nos dolía ver a gente durmiendo en el suelo. Los que no tenían hogar. Fue entonces que pactamos diciendo: 'apartemos un tiempo todas las semanas y demos prioridad a orar juntos'" agrega el Teniente Joel Rocha.

Policías que oran

Rocha y Terra comenzaron a orar. Al mismo tiempo Terra lanzó un programa de policías comunitarios para acercarse al público. También se esforzó por cambiar la mala actitud de los oficiales.

"Un policía militar que trabaja con paz en su corazón producirá paz en su comunidad", añade el capellán policial, Robson Melchior.

Terra pidió ayuda de la Asociación de Policías Cristianos, un grupo de apoyo mutuo que ahora cuenta con 1.500 miembros. A medida que los policías cristianos oraron por sus compañeros y sus comunidades, comenzaron a ganar la guerra contra el crimen.

"Hemos podido bajar la tasa de asesinatos en esta región en 60%", comenta el Coronel Osvaldo Sorge.

Por su parte el Coronel Joviano Lima, agrega que, "con solo un arresto decomisamos 520 kilos de marihuana, más armas y municiones de guerra. Detuvimos más de 30 personas en la operación. Los resultados fueron extraordinarios."

Más oración, menos crímenes

Estos logros llamaron la atención del investigador social George Otis, quien se reunió con los oficiales.

"...Para lo que resultó ser un largo resumen, al estilo militar, de lo que Dios había hecho en la ciudad en los últimos cuatro o cinco años. Este comandante me dio un fuerte abrazo brasileño, con lágrimas en la cara, y dijo, 'ahora quiero que salgas a la ciudad y que filmes esta historia para mostrarla al mundo", comenta Otis.

El aceptó el desafío, comenzando en uno de los barrios más peligrosos de Sao Paulo.

Para el Coronel Sorge, ésta fue un área crítica, donde los criminales operaban con impunidad. Un área de homicidios y de masacres.

”Nos asustábamos más cada día. Nuestras familias se encerraron en sus casas, temerosos aún de enviar a sus hijos a la escuela”, agrega Marco Da Silva Pas.

Apoyo de la comunidad y de la iglesia

La situación se había deteriorado tanto que la policía llamó a los pastores locales y les dijo que la iglesia había fracasado en su tarea. Eso resultó en arrepentimiento, oración, y una nueva era de cooperación. Entonces, tanto el vecindario como el cuerpo policial, comenzaron a cambiar.

"Hoy estamos cosechando los resultados, muy importantes, que incluyen la transformación de esta unidad, del caos que antes prevalecía aquí”, declara el Coronel Sorge.

"La comunidad está comenzando a querer más contacto con la policía. Y esto se ha demostrado en el aumento de la seguridad y una reducción de la violencia”, añade Marco Da Silva Pas.

Animados por las oraciones contestadas, los oficiales cristianos se juntaron con pastores para visitar a las familias en crisis.

Una de las personas visitadas por los policías es Lucía Da Silva Vera.

"Sus vidas han sido cambiadas. El Señor ha restaurado matrimonios. El Señor ha liberado a sus hijos de las drogas, del pecado. El realmente ha intervenido” comenta Lucía.

Cambios visibles en Sao Paulo

Al ver los resultados, las academias policiales de Sao Paulo iniciaron cursos de principios bíbilicos, y cómo trabajar con la iglesia local para cambiar comunidades enteras.

El éxito de Sao Paulo interesó a comandantes policiales de otras partes de Brasil.

A esto, Otis comenta: "Hay mucha hambre, hay apetito, entre las autoridades policiales de escuchar de este "Factor Divino. El "factor divino" que usa policías cristianos para transformar Sao Paulo.”

"Ahora entiendo que las cosas que Dios quiere hacer aquí las quiere hacer a través de los hombres, y yo soy uno de ellos”, manifiesta el Teniente Rocha.

"Yo creo que Dios cambia la historia. Dios cambia a la gente. Dios transforma los corazones. Yo lo creo porque Dios cambió la historia mía”, dice el Coronel Sorge.