Si hubiese sabido que sería la última vez que te
vería quedarte dormido, te acurrucaría con fuerza y rogaría al Señor que
tu alma guardase.
Si hubiese sabido que sería la última vez que te
vería salir por la puerta, te daría un abrazo y un beso y te pediría que
regresases para darte otro más.
Si hubiese sabido que sería la última vez que te
escucharía alzar la voz en adoración, grabaría en video cada acción y
palabra para poderlas ver día tras día.
Si hubiese sabido que sería la última vez, me daría
un tiempito adicional para hacer un alto y decirte "te amo", en vez de
asumir que sabrías que así es.
Si hubiese sabido que sería la última vez, estaría
allí para compartir tu día; bueno, tan seguro estoy de que tendrás
tantos más que dejo pasar este.
Porque seguramente siempre hay un mañana para
compensar nuestras omisiones, y siempre tenemos una segunda oportunidad
para corregir las cosas. Siempre habrá otro día para decir "te amo", y
ciertamente habrá otra oportunidad de decir nuestro "¿Habrá algo que
pueda hacer?"
Pero, solo en caso de que me equivoque y hoy sea todo
lo que tengo, quisiera decirte cuánto te quiero y espero nunca olvidar.
Mañana no está prometido a nadie, ya sea joven o anciano, y hoy pudiese
ser la última vez que tenemos para abrazar a nuestros seres queridos.
Así que si estás esperando mañana, ¿por qué no
hacerlo hoy? Porque si mañana nunca llega, de seguro lamentarás el día
que no tomaste el tiempo adicional para una sonrisa, un abrazo, o un
beso y que estuviste demasiado ocupado para darle a alguien lo que
resultó ser su último deseo.
Así que aferrémonos a nuestros seres queridos hoy y
susurrémosles al oído cuánto les amamos y que siempre lo haremos.
Tomemos tiempo para decir "lo siento", "perdóname", "gracias" ó "está
bien". Y si mañana nunca llega, no tendremos remordimientos acerca de
hoy.
Romanos 12:10.Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.
1 Pedro 1:22.Habiendo purificado vuestras almas por
la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal
no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro.
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